jueves, 3 de diciembre de 2009



Me gusta. El café, quiero decir. Sólo o con leche. Con, o sin hielo. Y poco de crema de whiskey… pero sin azúcar, por favor. Me gusta el tacto áspero, el sabor amargo… es como la vida. Nada como una taza en una cafetería de dos plantas, sentarse en lo más alto y meditar, observar, prorrogar el siguiente sorbo a la par que el cruce de palabras te lleva hasta la siguiente hora.

Me gusta el café, y su desvelo. Sobretodo esas noches que no quiero dormir, porque me acuerdo del frío noviembre, y el calor de diciembre. De tus brazos, tu sonrisa. No quiero volver a soñar que estás a mi lado, si despierto sola en el lado fresco de la almohada. Ni que de tu boca salga un te amo, si mañana volverás a ser el eterno desconocido que saluda por cortesía. No quiero verte vagando por la carretera si no me invitas a tu destino.

Café, arte de evitar los sueños irrevocables, compañero en el auspicio de que la noche se presenta larga. Café entre papeles, entre versos. Besos con café, o café con lágrimas. Aroma y tacto… placer banal de Dioses mortales, eso es café; vida, dulzura, amargura y muerte.

lunes, 5 de octubre de 2009


Los domingos suelen ser ese día vacío, que poco aliciente aporta ya al resto de la semana. Acarrean sinsabores, invitan a la desidia, a la reminiscencia del alma… También hay domingos que dan tregua, y te sacan de lo monocromático que resulta su prejuicio. Creedme, hay domingos que te dan un billete para soñar despierta. Porque verte sonreír más allá de un delirio en mitad de la noche, puede llegar a ser un buen regalo, sobretodo si es un domingo.

La cantidad de domingos que quise verte… y ahora, cuando volvemos a ser casi dos anónimos que cruzan palabras por cortesía, cuando cruzamos tímidas miradas que resbalan y no dicen nada; la vida me regala un domingo donde todo me resultaba tan familiar, como tu olor, o tu música... Todo evoca a las divagaciones que solíamos hacer aquel invierno.

Sigues teniendo esa forma de sentarte, de coger el vaso, y el inconfundible gesto del cigarro en tus labios. Así te seguía recordando. No me acostumbro a esta antonimia, tiempos muertos, yo tan cerca de ti y tú, tan lejos, como en todas esas estaciones que sólo te veía cuando no quería, en sueños. Prefiero mil veces pensarte así las tardes de domingo, que no en tu ausencia.

Y termino el día, con el agradable recuerdo que se forja al cerrar los ojos. Y despierto. Es lunes, todo asegura que no te veré. Lunes, insulso, y me duele la garganta. De gritarte en silencio todo lo que nunca te dije, lo que quiero y no puedo decirte.

Los lunes como hoy, se tiñen como un gris domingo, colmado de sinsabores, invitaciones a la desidia, la zozobra del recuerdo que no vuelve, y tu ausencia.

jueves, 3 de septiembre de 2009


Mientras la insomne pesadilla aprieta el gatillo, como lluvia copiosa, retumba en la habitación el desdén de las protervas dudas. Tan efímera como bella, es la existencia. Más puede ser tan banal y desapercibida, si no se ha probado, al menos por una vez; del dulce libre albedrío.

Transeúntes de la vida, presos de nuestros miedos, dudas, tropiezos con dos, tres o más piedras. Coartados a no pensar desde nuestro primer exhalo de aire. Desde la alborada más fría, hasta el ocaso más ardiente, hasta el final, cuestionando el sentido de lo vivido sinsentido, los errores.

Es hora de despojar las ataduras de la muerte en vida. Hilvanar los resquicios de los tiempos perdidos. Construir relojes de arena, y que ésta, llegue hasta el cielo. Desgajar las pesadillas y libertar los sueños prisioneros, que nos trajeron a este marjal de sollozos y desvelo. Tenemos el derecho a errar y remendar.

Mundano es el ser humano y trivial la vida sin libertad.

“Libres y salvajes”, eso es lo que somos.

martes, 21 de julio de 2009



Dame una brisa de aire
que hoy me quiero sentir libre,
y descalza volver,
por los adoquines de la calle Libertad,
al eterno retorno del desnudo.

lunes, 18 de mayo de 2009

Te nos fuiste. Y aunque no nos conocieras, nos hiciste los regalos más bonitos que pudieras imaginar. Viviste. Viviste como nosotros, y sentiste, el mismo aire, y el mismo dolor y vacío, el mismo sentimiento de impotencia hacia un mundo tan incomprensible... Luchaste, y deseaste como nosotros ver otro mundo, menos contaminado, de dinero y armas... te fuiste quizá con la incertidumbre de no saber si lo cambiaste, y yo te aseguro compañero que lo lograste, al menos cambiaste la forma de ver el mundo en este pequeño corazón, que aguarda la esperanza de encontarse contigo en alguna tertulia entre las nubes, el día que se detenga. Porque no estas muerto, la poesía es la búsqueda de esa eternidad ansiada por la angustia existencial, y tú; como poeta, jamás nos dejarás. Descansa en paz y embriaga a los ángeles con tus bellos versos, mientras aquí nos quedamos luchando con la realidad deleitando al mundo con tus recuerdos, haciendo más humano este dulce esperpento.

CORAZÓN CORAZA

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

sábado, 25 de abril de 2009


Las nubes se amontonan sobre las nubes, y oscurece. ¡Ay, amor! ¿por qué me dejas esperarte, solo en tu puerta?
En el afán del mediodía, la multitud me acompaña; pero en esta oscuridad solitaria, no tengo más que tu esperanza.
Si no me enseñas tu cara, si me dejas del todo en este abandono, ¿cómo voy a pasar estas largas horas lluviosas?
Miro la lejana oscuridad del cielo, y mi corazón vaga gimiendo con el viento sin descanso.

Si no hablas, llenaré mi corazón de tu silencio, y lo tendré conmigo. Y esperaré, quieto, como la noche en su desvelo estrellado, hundida pacientemente mi cabeza.
Vendrá sin duda la mañana. Se desvanecerá la sombra, y tu voz se derramará por todo el cielo, en arroyos de oro.
Y tus palabras volarán, cantando, de cada uno de mis nidos de pájaros, y tus melodías estallarán en flores, por todas mis profusas enramadas. 
"



[Tagore]

lunes, 19 de enero de 2009

VENTANA SOBRE LA UTOPÍA




Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.






Eduardo Galeano

martes, 13 de enero de 2009



Vino, primero pura,vestida de inocencia; y la amé como un niño.

Luego se fue vistiendode no sé qué ropajes; y la fui odiando, sin saberlo.

Llegó a ser una reina,fastuosa de tesoros… ¡Qué iracunda de hiel y sin sentido!…

Más se fue desnudando. Y yo le sonreía.

Se quedó con la túnica de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella.

Y se quitó la túnica,y apareció desnuda toda… ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre!


Juan Ramón Jiménez







Sí, nuestra amistad es mejor incluso que la que mantenían Machado y J.R.Jiménez... aunque nuestros poemas, a su lado, dejen muuucho que desear... pero igualmente formaremos la "Generacion del Noventa y uno, N1" =D Te quiero cochinota!