domingo, 3 de abril de 2011

Mi dulce esperepento.


He desandado lo andado. He renacido y crecido. Y ahora, que he vuelto, no necesito pasear por Montmartre, para que la vida a veces, me resulte "ameliesca".

Porque sí, don Ramón María, tenía razón, la vida es puro esperpento. Pero en ocasiones el fondo del vaso, queda empapado, un pellizquito de azúcar.





No hay comentarios:

Publicar un comentario